Premios Gure Artea 2006

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En torno a un premio y una exposición
Ismael Materola Ispizua


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El espacio ha sido siempre uno de los intereses de Maider Lopez. Por medio de la pintura ha ido haciéndose con el espacio y si en un principio utilizó el muro para incidir en el espacio, más tarde ha extendido su trabajo a todo tipo de espacios: la constatación del espacio interior y el conocimiento del espacio exterior.

Uno de estos trabajos es el presentado en la exposición de las obras seleccionadas para los premios Gure Artea. La sala que ha ocupado por medio de columnas sirve para conocer el espacio, ya que las columnas finas y blancas nos invitan, o casi nos obligan, a recorrer la sala. Maider López siempre ha utilizado el color y la luz para enfatizar el espacio, no tanto por medio de la pintura expandida, como muchas veces se ha repetido, sino para constatar la existencia del espacio al espectador. La sensación que se tiene ante algunas de las obras de Maider Lopez es la de que alguien está insistiendo en algo evidente y que necesita la respuesta de un “ya lo se, ya lo he visto” pero que se nos escapa si no nos fijamos tanto como la artista desea.

La obra Columnas es una manera sutil de obligarnos a percibir lo que ya sabemos. La ausencia de color y las luces y sombras que crean las formas nos llevan a pensar que estamos ante una obra que está entre la escultura, la arquitectura y la pintura, tal como pudieran llevarnos a confusión los fluorescentes de Dan Flavin, un espacio formado por el color y la luz (¿pintura, en definitiva?).

La rotundidad de lo simple es lo que podemos subrayar en los videos de Mikel Louvelli. Los edificios y piedras que caen es lo único que ocurre en ellos, pero ¿es sólo eso lo que podemos ver tras esas simple imágenes?

Puede ser, ya que el arte contemporáneo ha mostrado muchas veces su atracción ante hechos simples o acontecimientos cotidianos, por ello no debemos buscar muchos más y quedarnos a mirar la lluvia de piedras o la caída de estructuras de madera que simulan edificios, aunque se les pueda dar interpretaciones diferentes. Todos hemos sentido alguna vez la atracción por el derribo de grandes edificios, por la caída en sí misma, aunque no sea espectacular. Pero no se nos escapa que estas imágenes pueden servir como imágenes de destrucciones o catástrofes, cuando no toman un significado metafórico del fracaso.

Además del sentido quiero hacer hincapié en la utilización del tiempo en ambos videos, algo consustancial al medio audiovisual. La filmación de la lluvia de piedras y la caída de los edificios de madera facilita la percepción del tiempo y la repetición continua nos ayuda a reconocer los detalles hasta la saciedad.

La instalación Überbau de Asier Mendizabal denota los intereses que el artista ha tenido a lo largo de estos años: las estructuras sociales, las relaciones entre el poder y los ciudadanos, las contradicciones de las identidades, la utilización de la violencia por parte del poder, etc. En este caso hace una reflexión sobre la clásica organización tripartita del día: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y otras 8 para el tiempo libre. Esta organización del tiempo que todos hemos asumido como normal es producto de unos intereses muy concretos de producción capitalista occidental que se ha convertido en un valor inamovible.

Las utopías políticas y sociales y sus derivas en la actualidad son uno de los intereses más recurrentes de Asier Mendizabal, por ello emplea instrumentos relacionados con estos temas como el cartel, el folleto o las pancartas. Los caminos que las ideas han tomado para extenderse en la sociedad se relacionan con los modos que tiene el arte para abrirse camino y el trabajo de Asier Mendizabal se sitúa a medio camino entre la documentación y la obra artística más interiorizada.