La actriz vizcaina forma parte del elenco que llevará a escena la adaptación teatral de ‘Obabakoak’, que se estrena en el Arriaga y llega a Donostia en noviembre

‘Obabakoak’ va a impactar en el escenario.

Creo que hay mucho arte en este montaje, confluyen muchas cosas: movimiento escénico, música, palabra, proyecciones audiovisuales… No es solo teatro lo que estamos haciendo. Bieito trabaja con la música desde hace muchos años haciendo óperas y eso lo controla mucho.

Es la primera vez que la obra de Atxaga va a ser representada en el teatro.

Es un referente en la literatura vasca, ha recibido muchísimos premios, se ha llevado al cine y, en esta ocasión, al teatro. Creo que es una oportunidad para el público, tanto para los que han leído el libro como para los que no, de ver una obra de referencia en Euskadi. Y hacerlo todo en euskera, que estas funciones también se van a llevar a Barcelona, es tener otra proyección, otra perspectiva del trabajo fuera de aquí.

Bieito dirige esta producción del Arriaga y lo hace en euskera.

Es muy valiente y atrevido con la escena. Ha trabajo en idiomas que tampoco creo que los hable, aunque hable muchos. Ha hecho montajes en sueco, en noruego… Creo que para él la palabra, aparte del contenido que pueda tener emocional, también tiene un sonido, es música. Hablamos de la vida, de la muerte, de las relaciones humanas y todo eso se ve. No puedes entender literalmente todo lo que dice, el público que no sepa euskera por ejemplo, pero sí se entienden las emociones. Me parece lo más bonito.

¿Cómo es trabajar con él?

Es un trabajo muy creativo. Deja que el actor trabaje, investigue, cree… Supongo que lo tiene todo en su cabeza muy claro pero te da libertad para que te sientas creador en el escenario. Ahí es donde puede surgir un poco el miedo, pero una vez que sales de ahí, es una gozada porque echas a volar.