Estudio histórico-patrimonial llevado a cabo en el espacio productivo de la fábrica Ajuria y Urigoitia en Araia, en el municipio alavés de Asparrena, que pretende ser una herramienta necesaria para el conocimiento del emplazamiento industrial, al objeto de evaluar debidamente los restos que en él se insertan, preservando tanto el conocimiento del pasado como de iniciar los informes previos que determinen su valoración patrimonial.

La importancia del sector siderometalúrgico en el ámbito de Euskadi es un hecho incuestionable. No obstante, pocos son los restos materiales que nos permiten conocer cómo eran las primeras industrias transformadoras del metal en las que se verificó el paso de la ferrería tradicional a la moderna industria. Actualmente, el único vestigio industrial de la siderurgia de finales del siglo XIX y comienzos del XX que resta en nuestro territorio es éste de Ajuria y Urigoitia, en el municipio alavés de Asparrena. En él permanecen aún los restos físicos que pueden poner cuerpo a la historia de los números, las finanzas y las personas. Con la fábrica de San Pedro de Araya tenemos la oportunidad de estudiar el fenómeno de la industrialización desde su propio objeto, es decir, desde la fábrica como espacio productivo. Así, junto a los edificios se nos abre un espacio industrial que desde el final de la actividad productiva se presenta caótico y oculto, enmudecido.

La fábrica San Pedro de Araya, su historia, su impronta en el paisaje nos ofrece la posibilidad de estudiar el fenómeno de la industrialización directamente desde sus restos materiales, es decir, desde la fábrica. Junto a ella se nos abre un espacio industrial aparentemente inconexo y difícil de interpretar. La ordenación de este espacio, entendida como búsqueda de diálogo entre las partes y el todo, da como resultado el hecho del paisaje industrial que hemos de estudiar, analizar, comprender, explicar y poner en valor, reordenando un espacio industrial que nos hable directamente de lo que supuso en Euskadi el hecho industrializador de la primera siderurgia. Motor de parte de la economía del país, el tejido siderúrgico ha creado redes sociales y, por qué no, paisajísticas que, en la actualidad, deben ser abordadas desde la óptica del Convenio Europeo del Paisaje (Consejo de Europa, aprobado en 2000 y ratificado en 2008). En dicho documento se entiende por paisaje cualquier parte del territorio tal y como lo percibe la población, cuyo carácter será el resultado de la acción de factores naturales y humanos. Ya en el año 2007, con la publicación del Plan Nacional de Patrimonio Industrial por parte del Ministerio de Cultura del gobierno español, quedó reflejado el concepto de patrimonio industrial, concepto en el que se incluía también el espacio, lo que hizo que se seleccionaran en dicho Plan algunos paisajes industriales, como el paisaje industrial del valle del río Turón (Asturias), o el paisaje minero de la Unión y Cartagena, en Murcia.