Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno

El milagro de la administración electrónica

El milagro de la administración electrónica

autor: Iñaki Ortiz, Noviembre 13, 2014

Es verdad que ya ha pasado bastante tiempo desde entonces, pero cuando me incorporé a la administración pública vasca en 1983 las mesas de trabajo estaban equipadas con unas flamantes máquinas de escribir eléctricas, que entonces eran supermodernas. Hoy en día, más de 30 años después, lo primero que hacemos cuando llegamos al trabajo es encender el ordenador. Y es rara la tarea que podemos llevar a cabo sin utilizar tan singular herramienta, hasta el punto de que si en un momento dado "se cae la informática" prácticamente ya nos podemos ir a casa.

Los mayores cambios que he conocido en la administración pública han sido, sin duda, los derivados de la implantación y el uso de la tecnología. Ya nos gustaría que durante este tiempo hubieran cambiado de forma semejante la organización de la administración, los procedimientos administrativos, la forma de acceso a la función pública o la propia cultura organizativa de la administración pública, por citar algunos ejemplos.

En el caso del Gobierno Vasco disponemos de una plataforma de tramitación electrónica mediante la cual se gestionan de forma íntegramente electrónica los expedientes de más de mil procedimientos administrativos de todos los Departamentos y Organismos Autónomos, como ya hemos ido contando en este blog:

Por supuesto, la primera beneficiaria de estos servicios electrónicos es la ciudadanía, que gracias a ellos puede enviar una solicitud desde cualquier sitio y a cualquier hora, consultar on line el estado de tramitación de un expediente, no aportar certificados de datos que ya obran en poder de la administración, etc.

Pero, a renglón seguido, este proceso de digitalización ha permitido también mejorar, estandarizar, sistematizar y automatizar la tramitación de los procedimientos administrativos. Al menos, en el Gobierno Vasco la digitalización de los procedimientos siempre se ha planteado de forma que ha ido acompañada de su simplificación y adecuación al canal telemático.

Es destacable la contribución de la tramitación electrónica en la mejora del funcionamiento interno de la administración, al haber servido para estandarizar los procedimientos, ordenar los expedientes y hacer posible algo tan básico como es gestionar con datos. En el Gobierno Vasco estamos obteniendo buenos resultados en este aspecto, como se detallaba en el post de Mónica citado anteriormente.

Ahora que la administración electrónica, en boga durante los primeros años del presente siglo, ha cedido su posición preminente al nuevo paradigma del gobierno abierto, conviene hacer notar que, precisamente, la administración electrónica constituye un requisito imprescindible para poder construir el gobierno abierto sobre una base sólida. Difícilmente seremos transparentes, por ejemplo, si no disponemos de los datos en formato electrónico.

Es verdad que todavía queda mucho por hacer para simplificar y facilitar las relaciones de la ciudadanía con la administración y para conseguir que el canal electrónico sea un medio de trabajo plenamente integrado en el funcionamiento diario de las administraciones públicas, pero también hay que reconocer que es mucho lo que se ha avanzado y que, por supuesto, sin los recursos tecnológicos actualmente disponibles y operativos nos iría bastante peor.

El avance hacia una administración que haga un uso generalizado e inteligente de los medios electrónicos debe constituir un reto estratégico del Gobierno Vasco y, en coherencia, se deben poner los recursos necesarios para ello. Es necesario dotar a la administración electrónica del soporte organizativo que posibilite su buen funcionamiento. La actual carencia de este soporte organizativo está suponiendo un lastre para que el despliegue de los servicios electrónicos se lleve a cabo con el ritmo y el nivel de calidad deseables. Por decirlo de una manera simple y clara: tenemos la tecnología, pero nos faltan las personas que la hagan funcionar de manera óptima.

A estas alturas de la historia la administración electrónica no es una opción, sino que la administración debe ser al menos tan "electrónica" como lo es la sociedad en la que vivimos. Los servicios electrónicos ya son irrenunciables en la actualidad y lo van a ser todavía más en el futuro próximo, porque su demanda por parte de la ciudadanía solo puede ser cada vez mayor.

Toca pues seguir mejorando y extendiendo la administración electrónica, aprendiendo de los errores y poniendo el foco en la perspectiva ciudadana, para que la tecnología siga siendo uno de los principales motores de cambio de nuestras administraciones públicas.

En el contexto de la administración pública que tenemos, el desarrollo de la administración electrónica que se ha producido en el corto periodo de apenas una década se puede considerar, más que un éxito, un auténtico milagro.