Kultura eta Hizkuntza Politika Saila

La tierra fértil . Laburpena

Anagrama, 1999, ... orr.

Batzuen ustez "La tierra fértil" gizarte feudalaren inguruko kontakizun bat izango da: Kataluniakoa XIII. mendean. Beste batzuen ustez, grina, adiskidetasun, traizio, maitasun, gorroto, justizia, leialtasun, asaldura, biolentzia, huts egite eta damuen kate bat. Bateren baten ustez Arnau de Bonastreren biografia izango da, gizon atsekabetuaren bizitza -Zoriaren gurpila bezala- biraka dabilena eta botere eta segurtasunetik abiatuta goibehera eta miseriara iristen den bidea behin baino gehiagotan egiten duena. Edo baliteke nobela hau ia edipikoa den pasadizo bat izatea, seme-alabek (Arnau de Bonastre aurrena, Raimón Amat eta Oliver Ull Blau semeak hurrena) beti gurasoen aurrean asaldatu egiten direla kontatzen diguna, nahiz eta gero errutasun sentimendu gaitzesgarri bat pairatu behar izaten duten. Bada kontakizun honetan Kain eta Abelen mitoaren birsortzea antzemango duenik, eta gai nagusia borroka fratizida dela uste izango duenik. Edo baliteke nobela guztia egituratzen duena prozesu bat izatea: gehien gorrotatu duen gizakia maitatzera iritsi daitekeen gizakiarena, alegia; edo traidore bat leiala izan daitekeela kontatzen diguna, lagun bat etsai handiena izatera iritsi daitekeen bezala. Edota, gaitz baten antzera, piztu eta gero, bere atzaparrak biktimari ez ezik horrelakorik faboratzen dionari eta asmo onenarekin uxatzen dionari luzatzen dizkiona.

Hala eta guztiz ere, baliteke hemen kontatzen dena mundu latz batean bizirauteko gizon eta emakumeek -antzina Erdi Aroan nahiz gaur egun- egiten dituzten saioak besterik ez izatea. Borroka horretan guztiak daude sartuta: Arnau de Bonastre, jauntxo feudal zapaltzailea eta bihozbera, zuhurra eta itsutua; Bertrán Guerau, haren lagun eta etsai izandako jaun dohakabea; Bernat Armengol, gidaria eta maisua, zentzuduna eta nolabait ere hotza; Guifré de Castelnau, herese gupidatsua; Joan Galba, borondatez kontra mundu gizalegetsu batean sartuta dagoen artisautza; Vidal Girondí, mediku judua; eta emakume zapaldu edo harro horiek (Elisenda Guerau, Tibors de Fenal, Margarida la de Pere Galba, Sibila de Armengol), beren presentziak isiltasun urduria sorrarazten duelarik batez ere. Eta oraindik isilagoa den beste presentzia bat: bizirauteko zalantzazko bide bat eta, aldi berean, kate bat den lur bati lotuta dauden nekazariena. Zeren eta, lehenaldiaren edozein ideializazio inozoren aurka, jakin baitakigu "premia gorriak betitik bihurtzen duela gizakia esklabo eta bere istorioa oinaze ilun eta antzuaren amets gaizto bat izateraino eramaten duela".

La tierra fértil. Zatiak

• Pero llevamos sobre nuestras espaldas el peso de todo nuestro siglo que acaba, con sus dolores y desengaños, y no podemos ser ya tan inocentes: sabemos que este paisaje se hizo humano y que esta tierra se hizo fértil a costa de sudor y sangre, que fue el sufrimiento de los que aquí vivieron lo que hizo nacer el trigo y su esfuerzo quien abrió el camino, que con sudor levantaron esta casa y luego padecieron penas y lloraron bajo sus techos. Que esta tierra es fértil gracias a la sangre y a las lágrimas derramadas sobre ella, porque sólo es fértil la tierra sobre la que se ha sufrido.

• Después de esto hizo otros daños peores; que dicen que quien empieza a andar por el camino torcido resbala pronto de una piedra en otra y baja enseguida en la pendiente. Y lo malo fue que Arnau de Bonastre no se despeñó solo por aquella torrentera de sus pecados, sino que, como siempre iba con Bertrán Guerau, llevó a su amigo a compartir con él muchas de las malvestades que hacía; y si, yendo juntos, forzaba él a una doncella, luego se la dejaba a su amigo para que hiciese él lo mismo.

• Don Raimón sabía que su heredero tomaba aquella cruz sólo para contrariarle y liberarse de la obediencia que le debía, y como lo sentía se lo dijo; así que las últimas razones que se cruzaron el padre y el hijo fueron palabras ásperas, de esas que muchas veces pesan en el corazón más tarde, cuando la rueda de la fortuna ha girado lo suficiente como para que el hombre se arrepienta de lo que hizo o dijo; pero entonces ya no lo puede remediar, que la razón mal dicha es como el agua derramada en el suelo, que una vez vertida ya no se puede recoger del todo.

• Tanto tiempo lloró que se puso el sol, se hizo de noche, brillaron las estrellas y la luna, que era casi llena y lucía mucho en aquella noche clara. Bajo aquella luz vio cómo salía un sapo negro de entre unas piedras y andaba por las hierbas que habían nacido en el lar, donde estuvo el fuego del hogar, y aquello le pareció el emblema de su infortunio: que un sapo se paseaba como dueño y señor por el lar de la casa pairal de Bonastre.

• -A mi señor- respondió Bernat Armengol- no le han faltado causas para que aumentase su cólera y se calentase toda su complexión: que una vez que fue rescatado de su cautiverio, volvió a su tierra pensando abrazar a su padre y lo encontró muerto y sin enterrar, porque su cadáver había sido ultrajado; el feudo que era de su padre estaba usurpado por quien en tiempos fue el mejor amigo de mi señor, hijo de quien le había armado caballero.

• Así iban haciendo todo el mal que podían en el feudo de Guerau, pero sin tocar el de Bonastre, porque don Arnau no quería gastar su propia tierra, ya que un día esperaba ser señor de ella. Mandó también que hiciesen daño en los campos y los ganados de Guerau, pero que no hiriesen ni matasen a payés ni payesa, salvo que fuesen gentes armadas, y que tampoco les tomasen las mujeres; y que si alguno contravenía esta orden lo pagase con la vida.

• Y Bernat Armengol se alegró de esta magnanimidad de su señor, porque veía que don Arnau era tan buen o mejor caballero que lo había sido su padre y no obraba ya con aquel arrebato de sus primeros años; y también le pareció muy bien a don Guifré de Castelnau, porque este caballero era muy piadoso y de todas la virtudes la que más apreciaba era la mesura. Que una cosa es combatir al enemigo y otra muy distinta hacerle traición

• Doña Elisenda era orgullosa, como corresponde a una doncella de linaje, así que en medio de su congoja decidió mantenerse entera le hiciesen lo que le hiciesen, porque no quería dar a don Arnau y los suyos el placer de verla llorar y suplicar.

• Amigo- dijo don Bertrán, haz lo que debes. Que ya sabes que mientras yo viva no tendrás ni feudo ni honra, y querer que sea de otra forma es como si un pescador quisiera detener la corriente que se le lleva la barca. No hay lugar para dos señores en esta tierra.

• Tan pronto como se vio echado y envuelto en ropas limpias, le sobrevino a don Arnau una gran tristeza, que fue como el arquero que tensa demasiado la cuerda del arco y de repente se le quiebra. Porque suele suceder que cuando el hombre tiene que hacer frente a la adversidad se mantiene firme y derecho, pero en el momento en que siente alguna blandura se ablanda también su ánimo y desfallece

• Aún hoy se ven en el presbiterio de aquella iglesia, entre el muro y el altar, dos cuévanos pequeños en el suelo como los que suele hacer la gota de agua cuando cae con insistencia hasta que penetra en la roca, y se cuenta que son de aquella vez en que lloró su pecado el señor de Bonastre.

• Cuando fueron a mirar a la criatura vieron que tenía la hermosura de cuerpo de su padre, pero el mismo pelo oscuro del pelo y la misma dulzura de rostro que Joan Galba; y los ojos, uno lo tenía negro, con la misma mirada que este caballero, y el otro azul, como su padre. Que en todo parecía que, más que hijo del señor de Bonastre y Tibors de Fenal, fuese de don Arnau y su amigo, como si en vez de padre y madre hubiera tenido dos padres; y a todos les maravilló mucho esto, aunque cosas más extrañas se han visto y han pasado.

• Y mientras bajaban su cuerpo a la fosa y le echaban tierra encima, don Arnau de Bonastre pensaba que todo lo que había querido estaba ya bajo aquellas losas y no quedaba sobre ellas nada que amase.