| El cambio climático es uno de los temas más relevantes de las agendas políticas nacionales, europeas e internacionales. En el corazón del debate sobre el cambio climático está la cuestión de cómo pueden los países industrializados externalizar el coste del cambio climático y hacer que los agentes emisores de gases de efecto invernadero asuman ese coste para que reduzcan sus emisiones. Y lo hagan, además, sin afectar significativamente a su competitividad internacional. Han pasado más de siete años desde que la Unión Europea pusiera en marcha el Esquema de Comercio de Emisiones (EU ETS, por sus siglas en inglés). Desde entonces, ha evolucionado para convertirse en el programa de comercio de derechos de emisión más grande del mundo. El compromiso del Protocolo de Kioto de reducir las emisiones un 8 por ciento en 2008-2012 respecto a los niveles de 1990 continúa siendo el principal motor, con el EU ETS como el principal instrumento de la UE para enviar señales de precios adecuadas a las industrias intensivas en carbono. A medida que se aproxima la finalización de la fase II del EU ETS a finales de 2012, las demandas para el establecimiento de una política de cambio climático y de reducción de emisiones más ambiciosa para la fase III del esquema han ido creciendo. Como consecuencia de ello y como parte de su “Paquete de Cambio Climático 2020”, la UE adoptó a finales de la década pasada una serie de nuevas Directivas para alcanzar objetivos de reducción de carbono más ambiciosos. El objetivo último del nuevo paquete es doble. En primer lugar, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE un 20 por ciento para el año 2020 respecto los niveles de 1990 (un 30 por ciento si otros países desarrollados se comprometan a realizar reducciones comprables y los países en desarrollo económicamente más avanzados se comprometen a contribuir en función de sus responsabilidades y capacidades). En segundo lugar, aumentar para esa misma fecha la proporción de energía procedente de fuentes renovales consumida en la UE hasta el 20 por ciento del consumo bruto de energía. La fase III del EU ETS se prolongará desde el 1 de enero de 2013 hasta el 31 de diciembre de 2020. Como parte del “Paquete de Cambio Climático 2020”, se desarrolló la Directiva 2009/29/CE1 que modifica la estructura de la fase III del EU ETS en la siguiente dirección: - Imponiendo objetivos de reducción de emisiones más exigentes para las instalaciones sujetas al EU ETS
- Abandonando progresivamente el reparto gratuito de derechos que tuvo lugar en las fases I y II, para ir reemplazándolo por un sistema de asignación en el que los emisores deberán comprar los derechos (es decir, sistema basado en la subasta)
- Ampliando el esquema a más sectores industriales y nuevos gases de efecto invernadero
La industria de la aviación – hasta hace poco fuera del EU ETS – ha pasado a estar afectada por el EU ETS a partir del 1 de enero de 2012 en virtud de la Directiva 2008/101/CE2. La Directiva pretende reducir el impacto en el cambio climático atribuible a la aviación. Para ello ha incluido al EU ETS las emisiones del sector de la aviación, que se tendrá que ajustar a los requerimientos del EU ETS. Este documento repasa los principales elementos del EU ETS, incluyendo: - Una breve revisión de los mecanismos del actual EU ETS (sección 2)
- Una introducción de los principales cambios que serán aplicados en la fase III y la forma en que podrán afectar a las empresas energéticas y del sector industrial (sección 3)
El informe no considera los efectos que la inclusión en el EU ETS podrá tener en el sector de la aviación. Se trata de un documento Borrador por lo que para sus aportaciones, información más precisa y específica sobre cómo el EU ETS y los cambios de la fase III afectarán a su instalación, así como para sugerencias, por favor póngase con contacto con la Dirección de Planificación del Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco. Contacto: inesa-banos@ej-gv.es tfno. 945 01 69 76 | 
