Violencia contra las mujeres con discapacidad

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Cartel violencia contra las mujeres con discapacidad

La Fundación FOESSA ha publicado los resultados de una investigación que pretende visibilizar a las mujeres con discapacidad y abordar la violencia de la que son objeto.

Esta investigación se enmarca en el desarrollo de la tesis doctoral de María Pilar Gomiz Pascual quien, mediante la realización de 73 entrevistas a mujeres y hombres con discapacidad, explora la violencia de la que son objeto las mujeres con discapacidad por el mero hecho de ser mujeres.

En opinión de María Pilar Gomiz lo que rodea y marca los discursos vitales de las mujeres con discapacidad es un círculo de discriminación, silencio e invisibilidad.

Entre las principales conclusiones sobre la violencia de la que son objeto las mujeres con discapacidad  por M.P. Gomiz Pascual destacan en su tesis doctoral aspectos como:

  • El desconocimiento generalizado en la sociedad en torno a la discapacidad: “En base a este desconocimiento, se continúa elaborando un discurso que resulta contrario al Modelo Social de la discapacidad, y que puede llegar a vulnerar en ocasiones los derechos fundamentales de las personas -hombres y mujeres- con discapacidad como ciudadanos y ciudadanas.”
  • Frecuentemente las personas con discapacidad asumen ese discurso y enfatizan sus propias condiciones personales como causa desencadenante de la discriminación. No se valora el peso que tiene el entorno y la propia sociedad en la “discapacitación” de las personas por falta de adaptaciones o la existencia de barreras de inclusión.
  • La discriminación continuada a la que se enfrentan por lo general estas mujeres, constituye una importante forma de violencia. Se conjugan las variables discriminatorias asociadas a la discapacidad y al género y, a veces, confluyen, además, otras circunstancias potencialmente exclusógenas como son la edad, la maternidad, la raza o etnia, o la pobreza. Resultado: las mujeres con discapacidad acostumbran a enfrentarse a procesos próximos a la exclusión social.
  • Sus discursos vitales acogen episodios discriminatorios independientemente del tipo de discapacidad, su posición socioeconómica o el nivel de estudios.La asunción del discurso socialmente aceptado del patriarcado genera que se minusvaloren muchas veces actos discriminatorios en los que residen fuertes componentes de índole machista, también en el caso de mujeres con discapacidad.
  • Las mujeres con discapacidad presentan una mayor exposición a padecer situaciones de violencia que aquellas que no presentan una discapacidad y que los hombres con discapacidad: “Esto provoca que, en ocasiones, los agresores sientan que tienen más poder sobre sus víctimas y que, además, la agresión se considere “menos grave” socialmente y “más tolerada”. De esta forma, se observa una mayor permisibilidad hacia la violencia que padecen las mujeres con discapacidad, con discursos en los que se considera que estas mujeres tienen menos valor social y, por tanto, que la agresión tendrá menores consecuencias.”
  • Se detecta una justificación de la violencia que se ejerce contra las mujeres con discapacidad ya que se identifica a esta con una carga y “encargarse de ella” es un acto de bondad que permite y justifica determinadas acciones desviadas por parte de quienes asumen sus cuidados.
  • Se identifica un conflicto entre los roles asignados a la condición de mujer y la negación de los mismos debido a la discapacidad, a la par que existe una imposición social de unos patrones de belleza artificial basados en cánones de perfección que reducen la autoestima de las mujeres con discapacidad y que distorsiona la imagen que tienen de sí mismas.
  • Asimismo, se subraya la infantilización a las que se somete a las mujeres con discapacidad desde la niñez, y que muchas veces llega a reflejarse incluso en la manera de vestirlas o peinarlas, y que contribuye a que sean vistos como seres indefensos y ayuda a que establezcan y/o permitan relaciones de subordinación, asimétricas y en ocasiones de violencia, resultado en parte de la educación recibida.
  • Además de la baja autoestima, las situaciones de dependencia económica constituyen un factor explicativo de la tolerancia y mantenimiento de este tipo de relaciones, en particular cuando las mujeres tiene hijos y sus necesidades son mayores.
  • La mujer con discapacidad tiende a ser invisible para la sociedad y, por lo tanto, también lo es la violencia que se ejerce contra ella. De hecho, no existen apenas estadísticas sobre violencia y mujeres con discapacidad
  • Las formas de ejercer violencia contra las mujeres con discapacidad son muy diversas e incluyen la violencia física, psicológica y sexual: negación de cuidados, humillación, estigmatización por la discapacidad, negación de derechos básicos (derechos a disfrutar de su sexualidad o ejercer la maternidad), entre otros.
  • La violencia contra las mujeres con discapacidad se suele producir en el entorno más cercano a la víctima: en la pareja, en la familia o en las instituciones en las que reside.
  • Las mujeres con discapacidad presentan una mayor dificultad para ser conscientes de que son víctimas de violencia, en parte porque este tipo de violencia está bastante normalizada en la sociedad, y en parte por la falta de relaciones sociales, el mayor aislamiento que sufre o los problemas de acceso a fuentes de información o a los medios de comunicación (que dependerán en parte de la discapacidad que tenga la mujer), que les impide identificar actos desviados y conductas violentas.
  • La falta de recursos, de adaptaciones en los recursos existentes y campañas de divulgación de los mismos accesibles para todas las mujeres independientemente de su discapacidad genera indefensión en las mujeres con discapacidad como víctimas que, cuando se atreven a denunciar, suelen padecer duros procesos de doble victimización y, en ocasiones, una desprotección real ante la figura del agresor.

Entre las recomendaciones, M. P. Gomiz Pascual subraya la necesidad de dar visibilidad a la mujer con discapacidad fomentando su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad mediante una educación en igualdad y el desarrollo de políticas transversales en las que se contemple el género desde la discapacidad (evitando estereotipos donde el análisis recaiga en el hecho de tener una discapacidad, sea  cual sea el tipo). En definitiva, se trata de promover una inclusión real que permita a las mujeres con discapacidad participar en todos los aspectos de su vida, en todos los aspectos de la sociedad, y en la toma de decisiones de su realidad más próxima.

Si desea ampliar esta información, puede consultar la tesis doctoral (2015) previa a la publicación del estudio por parte de la Fundación FOESSA (2018), trabajos con los que María Pilar Gomiz Pascual logra hacer de las mujeres con discapacidad y víctimas de violencia las protagonistas de sus discursos y que la autora explora con el afán de investigar y visibilizar la doble discriminación que padecen.