El Gobierno Vasco eleva sus previsiones para 2018 al 2,6% del PIB y a la creación de 17.000 empleos

28 de marzo de 2018

Presentación del Informe Trimestral de la Economía Vasca (IV-2017) y actualización de las previsiones para 2018

El Departamento de Hacienda y Economía, a través de la Dirección de Economía y Planificación, ha revisado en el Informe Trimestral correspondiente al cuarto trimestre de 2017 el cuadro macroeconómico de la economía vasca para el año 2018, con un ajuste al alza de una décima y con un marcado perfil de crecimiento fuerte y sostenido. De esta forma, las previsiones sobre la variación del PIB sitúan la tasa en el 2,6% para 2018 y lanzan una primera previsión de 2,2% para 2019. El motor tractor que liderará el crecimiento del PIB vasco continuará siendo la demanda interna.

Respecto al mercado laboral, las nuevas previsiones del Gobierno Vasco reflejan un incremento del empleo en 2018 del 1,9%, que equivale a una creación de 17.000 empleos aproximadamente (la previsión anterior era de 15.500 empleos y del 1,7%), y de 1,4% para 2019, que implicaría la generación de cerca de 13.000 puestos de trabajo.

Si se cumplen estos crecimientos, en 2019 se recuperaría el empleo existente en 2006, aunque faltarían unos 30.000 puestos de trabajo para recuperar la cifra de 2008, la máxima de la serie histórica. La tasa de desempleo se reducirá al 10,5% en 2018, y llegará hasta el 10,0% en término medio para 2019. De esta manera, se prevé una reducción de la tasa de paro por debajo del 10,0% en el segundo semestre de 2019, con lo que se cumpliría uno de los objetivos de la legislatura.

La estabilidad con la que evoluciona el PIB se traslada al mercado de trabajo en forma de una generación constante de puestos de trabajo. A finales de 2017, el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo de la economía vasca superaba los 943.000, con 18.400 empleos más que los existentes un año antes.

En lo referente a salarios, en lo que respecta a convenios colectivos los incrementos salariales pactados se aceleraron a lo largo de 2017 hasta situarse en un 1,6%, por encima de las subidas de los años anteriores. La información disponible sobre la negociación colectiva de 2018 es todavía insuficiente, pero apunta a una continuidad en el proceso de subidas salariales, con un valor medio del 1,7% y con una firma de convenios en los primeros meses que acuerdan un avance del 2,3%.

Economía Vasca

La economía vasca volvió a dar muestras de estabilidad en su crecimiento en el tramo final de 2017, periodo en el que su PIB aumentó un 3,0% interanual, igualando la cifra anterior. En el conjunto del año, el crecimiento se situó en el 2,9%, tan solo dos décimas por debajo del registro de 2016. Gracias a ello, encadena su tercer año consecutivo en el entorno del 3,0%. El hecho de que el segundo semestre de 2017 haya sido un poco más expansivo que el primero sugiere que todavía no ha empezado la fase de desaceleración que se había previsto. Algunos de los elementos que ayudan en esa buena evolución son el dinamismo que protagonizan los mercados exteriores, la política monetaria acomodaticia del BCE y la mejora de las expectativas de los agentes económicos.

La característica a resaltar desde el punto de vista de la oferta es que a la solidez que ya mostraban la industria y los servicios se le ha añadido ahora la construcción, que encadena su segundo trimestre en el entorno del 3,0%. Tal y como se ha explicado anteriormente, la demanda interna fue el motor principal de la economía vasca y creció un 3,1% interanual en el último trimestre de 2017. Destaca la fortaleza de los dos componentes principales de ese agregado, el consumo final y la formación bruta de capital. 

El consumo de los hogares creció un 2,8% en el cuarto trimestre y es el primer trimestre en aumenta claramente por debajo del PIB, una circunstancia que, en esta fase del ciclo, tiene una lectura positiva, puesto que indica que las familias ajustan su gasto a la generación de renta, sin recurrir a un mayor endeudamiento.

 La fuerte generación de empleo, la confianza, los bajos tipos de interés, la facilidad de crédito y una inflación modesta son algunas de las razones que se encuentran detrás del todavía notable impulso del consumo privado.

La formación bruta de capital volvió a ser el componente más dinámico de la demanda interna, con un incremento del 3,8%. A lo largo del año se ha producido una recomposición entre sus dos apartados, de manera que la inversión en equipo se ha ido moderando suavemente hasta llegar al 4,6%, mientras que el resto de la inversión mejoró resultados hasta registrar un incremento del 3,4% al final del año.

Contexto internacional

Respecto a las dos primeras economías mundiales, la economía de Estados Unidos crecerá el 2,8% en 2018 y se ralentizará moderadamente hasta el 2,6% en 2019, según Consensus Forecasts. La economía estadounidense se verá favorecida por el impacto positivo que la demanda global y la debilidad del dólar tendrán en la formación bruta de capital y en las exportaciones. Por otra parte, la mejora del mercado laboral será el principal factor que impulse el gasto en consumo de los hogares. La reforma fiscal también tendrá un efecto económico positivo y la política monetaria continuará con un matiz acomodaticio dentro de un proceso de normalización. Este contexto de efectos positivos no está exento de amenazas como, por ejemplo, los signos de sobrevaloración de algunos activos. Por otra parte, el FMI prevé que la economía de China crezca el 6,6% y el 6,4% en 2018 y 2019, respectivamente. No obstante, el principal riesgo de esta economía reside en el efecto negativo que tendría un aumento del proteccionismo en otros países.

En la zona del euro, el crecimiento económico estimado por Consensus Forecasts se situará en el 2,4% y 1,9% en 2018 y 2019, respectivamente. Estas tasas también han sido revisadas al alza gracias a una mejor situación cíclica en Europa, a la mejora del mercado laboral, a la robustez de la demanda interna, al incremento de la confianza de los agentes económicos, a la recuperación del comercio y a unas perspectivas de crecimiento económico mundial superiores a las previstas. La política monetaria marcada por el Banco Central Europea garantizará unas condiciones financieras favorables y un euro relativamente estable. El incierto resultado de las negociaciones sobre el Brexit, las tendencias proteccionistas y la inestabilidad política de algunos países podrían afectar a la baja a estas previsiones.

Según las primeras estimaciones, el PIB mundial avanzó un 3,8% en el último trimestre del año, un dato que arroja un crecimiento medio del 3,7% para 2017, una tasa superior a la observada en cualquiera de los cinco años precedentes. En las economías emergentes, la actividad mostró, en general, datos positivos y creció, por término medio, un 4,8%, al igual que en el trimestre previo.

Si el PIB de la Unión Europea avanzó al mayor ritmo de los seis últimos años, la tendencia de la economía británica fue justo la opuesta. El Reino Unido, que mantuvo una marcha similar a la Unión Europea en 2015 y 2016 con incrementos cercanos al 2,0%, en el cuarto trimestre de 2017 tan solo avanzó un 1,4%, frente al 2,6% que contabilizaron, en conjunto, los veintiocho. Ese es el ritmo más lento del Reino Unido desde mediados de 2012.