Departamento de Salud

Adicciones comportamentales (sin sustancia)

La historia de las adicciones va unida a la del ser humano.  A finales del siglo XX surgió un nuevo tipo de adicción caracterizada por no ser una dependencia  a drogas clásicas, como el alcohol o el tabaco, ni a drogas sintéticas u otro tipo de sustancia, sino a actividades y comportamientos cotidiamos que convertidos en adicción impiden llevar una vida satisfactoria.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia.

El juego patológico, el abuso de internet y las redes sociales, la adicción a las compras, al sexo o al trabajo son las principales adicciones comportamentales

Son trastornos de dependencia vinculados a actividades humanas diversas. Existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos que pueden convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas. Quienes  padecen una adicción sin sustancia  no pueden dejar de repetir una conducta (jugar, entrar en las redes sociales, comprar, etc.) una y otra vez.

El aspecto clave de la adicción comportamental no es el tipo de conducta implicada, sino la forma de relación que se establece con ella. Lo esencial del trastorno es que la persona adicta pierde el control sobre la actividad elegida y continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas que le produce.

La variedad de características y circunstancias personales y sociales hace que se pueda llegar a la adicción a través de procesos muy diferentes. Ésto supone que no siempre tienen que estar presentes los mismos factores de riesgo, pero se necesitan elementos de tres tipos para que se de la adicción:

  • Factores de riesgo individuales: los propios de la persona sin que exista apenas capacidad de influencia desde el entorno (factores biológicos, trastornos mentales)
  • Factores de riesgo personales: características del ámbito de la personalidad que son influenciables desde el entorno inmediato (actitudes, creencias, habilidades sociales, autoestima, impulsividad, presentismo)
  • Influencia de los micro-grupos (familia, escuela, grupo de iguales, barrio, trabajo) y del contexto macro-social. Los comportamientos susceptibles de crear adiciones están envueltos en un entramado de valores, estereotipos y mitos que los hacen atractivos para determinados grupos. Además, los valores y las exigencias sociales dificultan la integración de los grupos peor posicionados socialmente.

Las adicciones comportamentales tienen el mismo patrón que las adicciones a las sustancias químicas. Una necesidad cada vez mayor de repetir con más frecuencia el comportamiento para lograr la satisfacción buscada. Producen dependencia, síndrome de abstinencia y tolerancia. Estas características permiten discriminar la presencia de una adicción sin drogas de la mera alta frecuencia de un comportamiento determinado.

No existe un tratamiento único. Las adicciones del comportamiento son muy diferentes entre sí, y cada una de ellas tiene características específicas que deben tenerse en cuenta.

Sin embargo, a pesar de sus diferencias, todas las adicciones comportamentales tienen síntomas en común, que requieren ayuda en el momento en el que se presentan:

  • Pérdida de control: se siente un deseo intenso, una necesidad irrefrenable de concretar la actividad placentera.
  • Relación de dependencia: irritabilidad y malestar ante la imposibilidad de concretar la conducta (abstinencia), imposibilidad de dejar de hacerlo pasado un corto período de tiempo, e incapacidad para dejarlo a pesar de haberlo intentado reiteradamente,
  • Tolerancia: necesidad de aumentar la cantidad de actividad para conseguir los mismos efectos
  • Ocultación: las consecuencias negativas suelen ser advertidas por personas allegadas que las comunican a quien padece la adicción, pero como mecanismo de defensa la persona adicta niega el problema

El objetivo terapéutico en las adicciones sin drogas es el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada.

En la actualidad, el tratamiento de la mayoría de estos trastornos se aborda desde la terapia cognitiva conductual y normalmente no implica el uso de fármacos.

Hay factores que reducen la posibilidad de padecer una adicción

  • Factores individuales: autoestima elevada, capacidad de toma de decisiones, asertividad, valores, habilidades sociales.
  • Factores del contexto social: en la familia (buena comunicación, buen apego familiar, padres y madres afectivamente cercanos), en la escuela (buen clima escolar, ausencia de compañías conflictivas, actitud del profesorado), en el medio laboral (buena organización del trabajo, buen ambiente laboral, buena interacción con los/as compañeros/as).