Recorrido: Alaiza, Zalduondo, Salvatierra, Barría, Estíbaliz.
Desde las montañas, sin dejar la calzada medieval, nos adentramos en frondosos bosques de robles y hayas. Pronto divisamos la torre y el campanario de la iglesia de San Saturnino. Es buena señal, ya estamos en Zalduondo. Atrás queda la dureza del camino e impera la sensación de seguridad. Casas solariegas, monasterios, puentes y hospitales son parte del patrimonio monumental que iremos descubriendo paso a paso.
En lo alto de un cerro, casi infranqueable, encontramos la amurallada Villa de Salvatierra. Se muestra custodiada por dos bellos templos-fortaleza y urbanizada, como una cuadrícula, por calles longitudinales cortadas por cantones que a su vez están surtidas por bellos palacios de todos los estilos arquitectónicos.
El paisaje y el silencio motivan a disfrutar cada rincón .
No abandones la Llanada sin sentir las sensaciones que transmiten las pinturas murales góticas descubiertas en las iglesias de las localidades de Alaiza y Gaceo.
Si sigues llaneando, la piedra trabajada con gran detalle de los arcos y de los capiteles del claustro del monasterio de Barria y del santuario de Nª Sª de Estibaliz no te dejaran impasible.