"Después del 68", 50 años de arte vasco

  • "Después del 68", 50 años de arte vasco

El Museo de Bellas Artes de Bilbao acoge, hasta el 28 de abril del próximo año, la muestra "Después del 68. Prácticas artísticas en el País Vasco 1968-2018", un recorrido inédito que nos acerca a la producción artística de medio siglo y que Miriam Alzuri y Begoña González, dos de sus comisarias, nos han explicado.

 

Esta muestra propone un recorrido por la producción artística vasca de los últimos 50 años, con 150 obras de casi 100 artistas. ¿Qué paisaje nos ofrece esta mirada panorámica?

Creo que uno extraordinariamente fecundo. La exposición propone al público un relato cronológico del arte vasco contemporáneo en el que hemos tratado de poner de manifiesto no sólo las líneas de continuidad de una escena artística local en la que han trabajado al menos cuatro generaciones de artistas, sino también las de ruptura.


A la hora de abordar la muestra habéis trabajado tanto con fondos de la propia colección del museo como con préstamos de colecciones privadas y otras instituciones artísticas. ¿Cómo ha sido la selección de los trabajos que se exponen? ¿Qué criterios habéis seguido?

Efectivamente, la exposición funciona como una “colección de colecciones” que, partiendo de la propia del museo, ha ido sumando obras que proceden de préstamos de colecciones privadas y de otras instituciones públicas que han tenido en el arte vasco uno de sus principales puntos de interés.

Para seleccionar las piezas, hemos procurado elegir aquellas que ese correspondieran con el trabajo de los artistas en el momento de su incorporación a un escenario artístico y cronológico concreto, siempre teniendo en cuenta que fueran representativas de su trabajo.

 

 

La exposición tiene la facultad de reunir obra de cuatro generaciones de artistas ¿Qué clase de diálogos y discursos se establecen entre las obras?

Lógicamente se establecen relaciones de todo tipo, dada la amplitud cronológica de la exposición, y la variedad de obras y formatos que acoge.

Como comentaba al principio, la exposición permite al visitante vislumbrar las líneas de continuidad (en los discursos, en los modelos, a veces en los "maestros") que existen en el arte vasco contemporáneo, pero también los momentos de ruptura y de debate con esa misma tradición.


¿Qué diferencias y similitudes –de actitud frente al hecho creativo, pero también en cuanto al uso de materiales, temas, composiciones...– existen entre todos ellos y ellas?

A lo largo de los cincuenta años que repasa la exposición van a ir cambiando las prácticas artísticas, pero también los vocabularios formales que emplean los artistas.

Por ejemplo, durante los años cincuenta y sesenta lo "vanguardista" en el arte vasco fue el informalismo, el arte abstracto, pero en los años setenta una parte de la renovación va a venir de la mano de una pintura figurativa influida por el pop y la nueva figuración.

A mediados de los ochenta van a cobrar importancia tendencias próximas al neoexpresionismo, pero también se incorpora al arte vasco un vocabulario posmoderno que incorpora elementos de arte conceptual o del arte postminimal.

 

 

Además de la obra seleccionada, la exposición cuenta con diverso material documental y de archivo que la complementa. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación de la muestra y qué extra aporta este material?

A lo largo del recorrido expositivo, diferente material documental (libros, folletos, tarjetones, revistas, escritos, carteles y audiovisuales) contextualiza el escenario sociopolítico y cultural en el que han trabajado los artistas vascos entre 1968 y 2018.

El discurso documental establecido ilustra cronológicamente los principales hechos acontecidos en el panorama artístico vasco durante estas cinco décadas, desde la influencia estética de Oteiza, la formalización de los estudios de Bellas Artes, el contexto institucional, la trayectoria de un proyecto como Arteleku y sus derivas, hasta llegar a las prácticas artísticas multidisciplinares de nuestros días.

Los materiales se han seleccionado en función del grado de intervención artística, tratando de presentar siempre las primeras ediciones o el momento específico en que surgen las diferentes iniciativas en su contexto.


Durante los casi cinco meses en que se podrá visitar la exposición tendrán lugar, además, diversas actividades paralelas, como ciclos de cine, música o conferencias. ¿Qué programa de actividades habéis diseñado?

Va a haber muchas actividades que van a permitir extender su significado a otros ámbitos distintos al puramente artístico.

Por ejemplo, un ciclo de cine vasco seleccionado por el director de cine José Julián Bakedano, y otro de vídeo comisariado por Guadalupe Echevarría y organizado en colaboración con el Festival Internacional de Cine Documental de Bilbao.

Además, Bulegoa z/b ha preparado un programa de encuentros entre artistas y especialistas en torno a una serie de obras incluidas en la exposición o que forman parte de su marco temporal y conceptual.

 

Esta muestra ha sido largamente esperada tanto entre la comunidad artística vasca como entre la crítica de nuestro contexto. ¿Qué poso esperáis que deje la exposición?

Creo que a los comisarios nos gustaría que fuera entendida sobre todo como un intento de representación del rico panorama del arte vasco contemporáneo. También como una oportunidad para el público de recorrer un relato visual del arte vasco basado en una serie de obras singulares que nos ayudan a entender el rico panorama artístico nacido después del 68.

 

(Este Especial se publicó el 8 de noviembre de 2018).