Esther Cabero: «La calidad de los cortos del catálogo es la clave del éxito de la marca Kimuak»

  • Esther Cabero: «La calidad de los cortos del catálogo es la clave del éxito de la marca Kimuak»

Crear una red de distribución que facilitara la promoción de los cortometrajes de nuestro contexto era la idea que subyacía debajo del programa Kimuak cuando este se puso en marcha. Hoy, a punto de cumplirse 20 años de aquel momento, el catálogo tiene un gran prestigio internacional y como tal es recibido en las oficinas de más de mil festivales de todo el mundo. Esther Cabero, coordinadora del programa, nos acompaña en el siguiente recorrido por la historia de Kimuak.

 

¿Cuál es el origen de la iniciativa Kimuak?

La idea de Kimuak nace a finales de los 90, en una época en la que la industria del cortometraje se profesionaliza y emergen varios autores y títulos que más tarde serán de referencia. En aquella década el Gobierno Vasco otorgaba subvenciones a la producción de cortometrajes, y entre 1990 y 1995 también entró a coproducirlos, a través de la sociedad Euskalmedia.

En 1997, Amaia Rodríguez, directora de creación y difusión cultural del Gobierno Vasco, y José Luis Rebordinos, director, entonces, de la Unidad de Cine de Donostia Kultura, vieron la necesidad de acompañar a los cortometrajes también en la distribución, ya que una vez finalizada la obra, los autores no disponían de medios para su difusión.

Así, partiendo de las experiencias de Unifrance y la New Zealand Film Commission propuestas por José Luis Rebordinos, nació en 1998 el programa Kimuak, con el fin de la promoción, difusión y distribución del cortometraje vasco tanto a nivel internacional como en el propio territorio.


¿Qué lectura hacéis de los 20 años de trayectoria del proyecto?

Aquellos objetivos iniciales se han cumplido y Kimuak se ha convertido en una marca que se relaciona con obras de calidad. La fórmula establecida funciona, prueba de ello son los programas autonómicos y de otros países que han surgido partiendo del modelo de Kimuak.

Aun así, reflexionamos continuamente sobre los retos que se nos presentan e intentamos trabajar en consonancia con la cambiante realidad audiovisual. En ese sentido, seguimos adecuando esos objetivos al presente.


(Esther Cabero junto a Txema Muñoz, director de Kimuak)

 

¿Cuál ha sido la evolución del cortometraje vasco en este tiempo?

Desde su origen, Kimuak ha contado con cortometrajes de corte profesional en su catálogo, pero gran parte de esos profesionales se formaban y trabajaban fuera. Con el tiempo esta profesionalización ha ido en aumento, con la diferencia de que ahora gran parte de los realizadores y técnicos estudian en Euskal Herria y trabajan aquí, enriqueciendo el tejido audiovisual.

A nivel formal, actualmente los géneros tienden a entremezclarse y las fronteras entre la ficción, el documental y la animación son más difusas. Es una tendencia universal, pero la vanguardia tiene más presencia en el corto vasco que en otros territorios.


Una selección anual de los diferentes trabajos configura el catálogo que posteriormente se distribuye a través de un circuito internacional en el que el sello Kimuak está muy bien posicionado. ¿Cuál ha sido la clave de este reconocimiento?

Sin duda, la calidad de los cortometrajes que forman el catálogo. Cada año quedan fuera de la selección varios cortometrajes con la calidad suficiente para competir en primer nivel, lo cual es injusto por una parte, pero por otra quiere decir que la producción vasca es lo suficientemente buena como para que Kimuak pueda mantener su posicionamiento.

El programa trata de divulgar estos cortometrajes el máximo posible y es cierto que los autores difícilmente podrían hacerse cargo de esta difusión por otras vías, pero en definitiva Kimuak forma su sello gracias al talento del cine vasco.


¿Cuál es el perfil de los y las profesionales que buscan la intermediación de Kimuak?

En las últimas convocatorias apenas se han presentado cortometrajes de perfil amateur. Ha habido una evolución remarcable en lo referente a la profesionalización del sector y esto ha aumentado la calidad general de los candidatos.

Asimismo, los autores son de todas las edades, desde estudiantes de posgrado hasta realizadores consagrados que trabajan indistintamente con el formato corto y el largo. Son profesionales que buscan visibilizar su trabajo mientras siguen desarrollando sus proyectos.


¿Qué puertas se abren para quien consigue que su trabajo sea reconocido en el catálogo?

Formar parte del catálogo significa que los autores puedan mostrar su trabajo en todos los rincones del mundo y puedan darse a conocer en la industria internacional. Kimuak cuenta con una base de datos de más de mil festivales y su selección llega todo el planeta, lo cual otorga mucha visibilidad a los autores. Además, cuando viajan a presentar los cortometrajes amplían también su red de contactos.

Por otra parte, el significativo ahorro de tiempo y dinero en la distribución permite a los realizadores y equipos centrarse en sus próximos trabajos.


 

En 2014 se publicó un estudio panorámico sobre el desarrollo y la evolución del programa de la mano de Iñaki Lazkano, Nekane E. Zubiaur y Ainhoa Fdz. de Arroyabe. ¿Cuáles fueron las conclusiones de este análisis? ¿Qué papel ha tenido la publicación en la difusión de vuestro trabajo?

El estudio «Cortometrajes de Kimuak. Semillas del cine vasco» es muy exhaustivo y nos ha permitido visualizar la historia y los cortometrajes que han formado Kimuak como un todo. Para nosotros ha sido una buena herramienta para reflexionar sobre el camino realizado.

También es positivo poder ofrecer esta publicación para su estudio y utilización en el ámbito académico. Actualmente la Universidad de Reno (Nevada, EE.UU.) está realizando la traducción al inglés, lo cual nos permitirá llegar a más estudiantes e investigadores internacionales.


Promoción, difusión y distribución han sido las tres directrices del proyecto desde su creación. ¿Existen nuevos caminos que recorrer para consolidar la industria del cortometraje vasco?

A pesar de que las fases anteriores, de desarrollo y producción de proyectos, ya están cubiertas por el Gobierno Vasco y otras instituciones, aún son muchas las ideas que no encuentran financiación y no llegan a materializarse.

Desde Kimuak lo que más nos apena es no poder atender a aquellas obras que no son seleccionadas, que sin duda merecen difusión y visibilidad.

Otra asignatura pendiente sigue siendo la creación de audiencias, lograr que el público perciba el valor artístico y cultural del cortometraje y que este tenga una audiencia más allá de los festivales y del consumo puntual por internet.