Las personas cuidadoras, la otra cara del cáncer

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Equipo de coordinación sociosanitaria

El siguiente documento, elaborado con ayuda de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) (abre en nueva ventana), trata el cáncer desde el punto de vista de las personas que rodean al paciente, las que conforman su entorno. Así,   ofrece cinco claves que ayudan a sobrellevar el cáncer, y la lucha contra el mismo:

1. Hablar con el paciente: La persona cuidadora desconoce la mejor forma ed apoyar, ayudar, acompañar en este complejo proceso que afecta no sólo a cambios en la vida diaria sino, al terreno de lo emocional. Primero hay que “asumir lo que está pasando” y evitar la actitud de observación en la que ambos esperan los primeros síntomas. Por eso, según la AECC “lo importante es acompañar a la persona y que no se sienta sola”.

2. Hablar sobre la enfermedad o no hacerlo: Cada caso es distinto y varía según lo avanzado del proceso de la enfermedad, pero es recomendable hablar de la enfermedad aunque cueste; una actitud de silencio hacia la persona enferma no ayuda, y lo importante está en saber qué información necesita. “ Hay pacientes que viven el proceso sin querer saber en qué consiste y no preguntan, delegan en otro familiar”. Sin embargo otras personas “necesitan conocer con más detalle qué les está pasando. En este caso, ocultarles información sería contraproducente!.

3. La empatía como llave maestra: Ponerse en el lugar del otro es esencial para descerrajar las emociones y contradicciones a las que se enfrenta el paciente y el cuidador. ¿Cómo saber qué es lo que necesita? Hablando, intentar hablar poniéndose en lugar del otro.”Procura no tener prisa, escucha y comparte sus sentimientos para que se sienta comprendido, y sobre todo pregúntale” recomiendan desde AECC.
Invitan a “evitar consejos como hay que ser fuerte, no culpabilizarle de lo que está pasando cn frases como deberías haber ido antes al médico o no puedes continuar con esa actitud y a hacer preguntas como ¿en qué te puedo ayudar? Que por obvias no son menos importantes.

4. Cuando el o la paciente llora: Son momentos difíciles, es el duelo íntimo que mantiene el enfermo con la realidad. Las herramientas para sobrellevar de la mejor manera estos episodios pasan por respetar los silencios y permanecer tranquilo o tranquila ante la ira. Cuanto esto ocurre, lo mejor que puede hacer la persona cuidadora es esperar a que la rabia amaine con actitud tranquila, mostrarse disponible y sobre todo dejarle que llore, llegado el caso, porque este gesto “actúa como válvula de escape y como desahogo”.

5. Cuidar a la persona cuidadora: “Para poder ofrecer cuidados de calidad es necesario que la persona que cuida se sienta bien física y emocionalmente” para ello la persona cuidadora también se debe cuidar con gestos diarios como hacer descansos a lo largo del día, pedir ayuda para hacer turnos por las noches, consultar al médico si se siente cansada o no puede dormir. desde la AECC también recomiendan realizar actividad física “para descargar la tensión acumulada” y realizar una “buena planificación de las actividades” que incluyan los cambios que afecten al resto de la familia.

El peso de la enfermedad recae sobre sus hombros sanos, pero saber pedir ayuda a tiempo es la mejor prevención: la asistencia médica y psicológica dotan al cuidador de herramientas para sobrellevar mejor el camino que la enfermedad traza cada día, con la enorme carga de incertidumbre y miedo que conllevan.