Las narraciones de la escritora amurrioarra giran siempre en torno a protagonistas femeninas

Autopublica su tercera novela bajo el sugerente título de ‘Besar a un extraño... para empezar’

Las protagonistas de sus historias están siendo, hasta el momento, siempre mujeres “porque soy mujer, la entiendo, conozco su mentalidad y la verdad es que no me siento capaz de pensar como un hombre”, reconoce. Y el hilo argumental de sus narraciones incluye “referencias a injusticias sociales” como la Ley de Montes que permite recalificar áreas devastadas por incendios forestales, la discriminación sexual, el acoso escolar o la violencia de género. Son las señas de identidad de las obras literarias de Ainara Villacorta San Martín, amurriarra de 40 años que pertenece a una familia “de grandes lectores” y que recuerda su niñez “entrando en las habitaciones de mis hermanos mayores, que estaban llenas de libros, para cogerles todo lo que podía” o escribiendo relatos que “luego regalaba a compañeras de clase”.

No es de extrañar, por tanto, que con solo 8 años ya ganara un concurso pero a pesar de esa pasión e interés por las letras “estudié Ciencias Económicas por complacer a mis padres”, una carrera que finalmente “saqué adelante por pura cabezonería”. Bien es cierto que su formación le abrió puertas en el mercado laboral “como asesora fiscal o economista” pero eran trabajos “tan absorbentes que dejé de lado la escritura, solo me llegué a poner algún ratillo, cuando estaba triste o necesitaba desahogarme”.

El punto de inflexión llegó al quedarse embarazada de su primera hija. “Me cogí la baja por maternidad, se me acabó el contrato y la empresa me dijo hasta luego”. Ainara aprovechó esa circunstancia y el poco tiempo libre que le dejaba el cuidado de su bebé “para retomar mi verdadera pasión” y hace cinco años logró publicar su primer libro bajo el título Azul tormenta, lluvia añil que ahonda en la cruda realidad de una mujer maltratada física y psicológicamente. “Tras una paliza, y sin saber muy bien cómo, despierta con 18 años de nuevo y aprovecha esa circunstancia para corregir errores” de tal forma que el relato sirve a la autora para “comparar lo que es una relación tóxica con otra sana”.

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